Abandonados


Sí, parece nombre de tira de Adrián Suar... pero no, es la novela de este blog desde hace un tiempo.

Poco más de dos semanas... sí, es bastante tiempo. Lo bueno es que he podido adelantar bastante en mi lista de lectura; aunque todavía no terminé el libro de Jared Diamond (Collapse, ya falta poco), voy avanzando fuerte con los comics.

¿Qué más estuve haciendo? Pues escribiendo, largo y tendido.

En primer lugar, ocupándome de dos libros de mi editorial, Studio Ergo Sum: Roles en juego y Manual de supervivencia del DJ. Terminados ambos, tengo todavía dos proyectos en la lista, en los cuales ahora comenzaré a trabajar con más dedicación.

Por si fuera poco, tengo varios guiones y cuentos dando vueltas, además de haber comenzado mi quinta novela. No sé qué será de esta, porque por ahora quiero concentrarme en lo que se publica más fácilmente. Una de las decisiones de los últimos días ha sido esta: poner firmes prioridades para no terminar haciendo mil cosas a la vez.

En este sentido, si bien los comics y los juegos de rol no dan dinero (aunque por los segundos puedo cobrar algo), sí me dan la satisfacción de la publicación y de la interacción con los lectores. Las novelas cuestan mucho tiempo de escritura y reescritura, y por como está todo ahora, prefiero no poner tiempo en algo que ni siquiera me da la satisfacción previamente mencionada.

El tiempo se ha convertido en un poderoso aliado, pero también uno que hay que saber administrar. Hasta ahora, venía anotando las actividades que debía realizar el día en curso, y las tachaba cuando las terminaba. Sin embargo, a veces me tomaba todo un día hacer algo, y después no tenía tiempo para lo siguiente. O hacía muchas cosas cada día y no avanzaba realmente en ninguna. Además, a veces olvidaba cambiar el papel del anotador y tenía anotadas las mismas actividades por dos o tres días seguidos, y ni yo me entendía.

Así que este año, además de reciclar una vieja agenda (en la que pongo REALMENTE lo que haré ese día), y como herencia de un trabajo que estuve haciendo hasta hace unos días, tomé la costumbre de anotar diariamente cuanto tiempo me lleva hacer algo. Por ejemplo, comencé a escribir esto a las 21:53 y ahora son las 22:12. Hago lo mismo con TODO lo que sea escritura: cuentos, guiones, juegos de rol, blogs, sitios, etc.

El objetivo principal es lograr 3 horas diarias de escritura (2 como mínimo, en días especiales). Sin mentiras ni disfraces. ¿Para qué? Para poder cuantificar realmente mi trabajo, para poder valorarlo mejor. También para exigirme más, y tener una disciplina. Una de las cuestiones que terminé de entender en diciembre es que me siento desorientado porque, sin los horarios del trabajo y sin las obligaciones del profesorado, a veces no sé cómo disponer de mi tiempo. Como tengo muchos proyectos dando vuelta, muchas lecturas, etc., termino dispersando ese tiempo en demasiadas cosas, algunas prometedoras pero no a corto plazo, otras que son simplemente pasatiempos.

De esta manera, si bien no me impongo cuotas sobre cuánto tiempo usar para cuentos o novelas, por ejemplo, sí sé que si trabajo un promedio de entre 2 y 3 horas por semana (sí, no me tomo descanso los findes, aunque son días en los que trabajo menos) habré avanzado entre 14 y 21 horas los proyectos en los que estoy trabajando, los que he señalado explícitamente como prioritarios.

Por supuesto, anoto cada cosa por separado, para también saber cuánto me ha llevado cada proyecto individualmente, o cuanto tiempo le he dedicado por mes a una actividad.

¿En qué vengo trabajando? Pues como dije, en algunos guiones y cuentos, además de los ya mencionados proyectos de rol. Espero pronto poder contar más novedades aquí.

Nos vemos.

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