2019, un año de despegues

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No hice un cierre de año aquí debido en parte a que estaba reconfigurando muchas cosas y bueno, a que se me pasó. Por suerte pude terminarlo con algo de escritura, comenzando a repuntar las situaciones laborales y personales que me quitaban inspiración o no me dejaban hacer lo que quería.

Uso la metáfora del despegue porque siempre me sirve. Hay años en donde uno está en vuelo, va más o menos rápido, pero también años en donde uno tiene que aterrizar (o se estrella, con mejores o peores resultados). Así mismo hay años en donde la cosa repunta.

2019 fue sin lugar a dudas un año de despegue. Tuve más trabajo docente, pude volver a publicar (en 2018 no se pudo), y en definitiva se dieron muchas cosas buenas. Mejor sueldo, más tranquilidad económica, cambio de aire en muchas actividades... Después de 2018, año en el cual las tormentas me hicieron aterrizar de emergencia varias veces (y en algún momento me estrellé, incluso), el 19 me permitió ganar nuevos aires.

Con Alquimia Comics publicamos el primer número de Los Prodigios, con guiones míos, rescatando un personaje creado por mí hace rato largo en el blog Cuna de Héroes. Abrimos de esa manera un nuevo universo de superhéroes para la editorial, un proyecto muy ambicioso en el que seguimos trabajando, alternando autores. Irónicamente, la primera historia larga que había pensado para Áurea se llamaba "Despegue"... Y es que ella está abriendo una nueva etapa en mi vida profesional, de varias maneras.

A nivel personal me trajo a un hermoso ser a mi vida, del que hablaré más adelante, y que me hizo experimentar tantas cosas buenas y lindas que no dejo de agradecérselas: un hermoso perrito llamado Maxi. Hacía rato largo que no tenía mascotas, y ahora me tocó cuidarla de una manera especial.

Los aterrizajes de emergencia del 2018 me quitaron algunas cosas, y eso me cambió el ritmo de actividades, pero ey, era inevitable... Y por algo pasaron. Los espacios perdidos me ayudaron a compensar los ganados, y viceversa.

De manera que fue también un año de contrastes. Ya comenté acá mi falta de escritura, los proyectos demorados... la situación económica no ayudó a editar cómodamente, si bien todo salió bien, fue gracias a un enorme esfuerzo de mis socios y mío. No fue un año común, bajo ninguna óptica, con tanta inflación, incertidumbre con los proyectos personales y laborales, pero el balance fue muy positivo. Lo que no se pudo no se pudo y ahora estoy viendo cómo había cosas que debían cerrarse y se cierran naturalmente.

La fundamental, para mí, fue que después de tanta sequía de ideas, hacia noviembre y principalmente en diciembre pude volver a escribir, terminar cuentos, escribir pequeños guiones breves, tomar contacto con nuevos dibujantes para proyectos que ya veremos...

Así que calculo que 2020 será un año en donde ya superaremos V1 y despegaremos efectivamente hacia cielos brillantes.

Todos los pronósticos me dicen eso, y esperemos que no se equivoquen.