Digo viejito y clásico porque lo es. Si semejante título te revela la existencia de mujeres jóvenes, lindas y posiblemente de poca ropa, las primeras páginas te plantean un protagonista de esos que se las saben todas, como el Lucky Starr de Asimov, y que no para hasta lograr lo que desea (que siempre es algo bueno, claro).
Me crié con este tipo de ciencia ficción, y ahora, después de un tiempo de escribir cuentos, me di cuenta al ver los resultados que muchos, demasiados, eran del tipo "chico conoce chica". ¿Qué pasó aquí? Y no eran malos cuentos, al menos no los que terminé. Pero varios quedarán en el camino hasta que logre mejorar este aspecto: hacer que no sean todos iguales y predecibles.
Más allá de que dejé de hacer cuentos porque me dediqué a las novelas por un buen rato, este descubrimiento me hizo replantearme que tal vez debía frenar un poco y pensar más antes de escribir. Cierto que varios de los cuentos que tenía para escribir no eran de este tipo, pero la tendencia era muchísimo mayor que lo que sucedía en los cuentos de terror y de fantasía que escribía al mismo tiempo. Había un patrón (aunque también tengo que reconocer que muchos de los cuentos de fantasía se centran en romances).

PD: hablaré más adelante de bellas mujeres gigantes, pero en un contexto totalmente diferente. Sepan comprender la repetición indirecta.
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