
Hace ya varios años, gracias a una muy curiosa coincidencia, tuve la oportunidad de ver dos o tres episodios de este anime, que data de 1994. Fue un shock. Era un producto
Macross, y sin embargo, no me gustó para nada. Decidí no intentar ver la serie (que se conseguía entonces por
VHS, obviamente pirateado), sepulté aquellos recuerdos y seguí adelante.
Sin embargo, hace unos años, tuve la oportunidad de descargar todos los capítulos, OVAs y película. Falto de tiempo, no hice nada más que tenerlos en el disco rígido. Luego de más o menos dos años, empecé a verlos para ver si aquella primera mala impresión cambiaba.
Lamento tener que decir que no.
Una apuesta narrativa muy desigual
Si bien no resulta una mala serie, la encuentro bastante irregular. Fueron necesarios cinco o seis capítulos para que le encontrara
algo de interés; constantemente tenía ganas de dejar de verla para no perder más tiempo. Incluso así, cuando luego de esa cantidad este interés se mantuvo y aumentó levemente, frecuentemente encontraba capítulos intrascendentes o desparejos, con partes muy buenas y otras del montón.
Por si fuera poco, los primeros quince o veinte episodios están armados con la
clásica fórmula: "hoy el enemigo ataca aquí, mañana allá, oh casualidad,
siempre donde están los personajes principales por alguna razón
aleatoria". Esta reiteración constante baja mucho el nivel de estos
capítulos, que por otras razones tienen momentos muy buenos.
Recién hacia la mitad de la serie (que tiene un total de 49 episodios) la calidad aumenta lo suficiente como para querer ver más. Uno se queda preguntando por qué tardaron tanto en lograr una trama más emocionante, una acción más trepidante y rápida. Queda la impresión de que podrían haberse ahorrado al menos diez capítulos a base de cortar las partes leeeentas y empalmar mejor historias, quitando las reiteraciones constantes y las situaciones repetidas
Lamentablemente, no tenemos esa típica excusa del anime basado en manga, en la cual los realizadores deben alargar las tramas y poner episodios de relleno mientras dan tiempo a los mangakas a hacer avanzar la serie.
Macross 7 no está basado en ningún manga, y pudo haber sido desarrollado de manera más sólida, contundente, impactante. Lo malo es justamente lo ya mencionado: no hay episodios "relleno" que puedan ser salteados, sino que a veces se arruinan episodios que empezaron muy bien, y a veces los que empiezan mal logran repuntar, pero no lo suficiente.
Actualmente estoy terminando la treintena de capítulos, y de nuevo me siento desilusionado. Hacia la mitad de la serie se notó una gran mejoría: los capítulos eran más sólidos, con personajes más serios, riesgos mortales ciertos, escenas dramáticas, buenos combates espaciales y menos música innecesaria. He de suponer que en su momento, en
Japón,
la serie habrá bajado de rating por todos los puntos negativos ya
mencionados y se habrán profundizados los cambios que lentamente se
veían venir, principalmente definiendo una historia ya muy imaginada por
el espectador pero que la serie se obstinaba en alargar y alargar sin
motivo.
En hora buena, pensé, porque casi había perdido
toda esperanza. Lamentablemente, empezó una tanda de episodios, que todavía sigue, en la cual los enemigos parecen sacados de los peores episodios de los
Power Rangers. Cayeron en la clásica fórmula de crear "generales enemigos" que van a pelear con los buenos, con diseños totalmente estrambóticos, sin nada que ver con la estética de la serie, que episodio tras episodio tienen el arma definitiva para vencer (obviamente, nunca lo logran porque los buenos son los buenos, no porque hagan algo mejor). La reiteración de esquemas vuelve a destruir todo lo ganado en esa tanda buena de episodios, que deberían ser la mayoría de la serie.
A unos quince episodios del final, ya no sé si debo esperar el retorno a lo bueno o una nueva tanda de episodios narrativamente repetitivos e ineficaces para hacer avanzar la trama.
Un argumento clásico, pero con más rock
El argumento de la serie sigue fielmente la lógica clásica de
Macross. Una flota colonizadora se dirige a nuevos mundos, comandada por el as y ahora comandante
Max Genius (
do you remember Macross?). Curiosamente, la alcaldesa de la nave de colonización civil es nada más ni nada menos que
Miriya, la piloto zentraedi que en su momento trató de matarlo, pero luego se enamoró de él. Pues bien, se han casado y tenido una hermosa hija,
Mylene.
Pero la cosa no ha terminado bien, y el problema es doble: la pareja se ha divorciado en secreto (para evitar repercusiones en su vida profesional) y
Mylene ha resultado una chiquilla con tanto carácter como ellos. Se ha escapado de casa para vivir por su cuenta (a pesar de ser menor), ha dejado la escuela y se ha metido en una banda de rock. ¡La pesadilla de cualquier padre!
La música es parte central de
Macross 7, lo cual puede resultar muy pesado. Los primeros quince episodios repiten tantas veces las mismas canciones que uno desea lanzarse por una ventana. Evidentemente, esto ha sido parte del éxito de la serie en
Japón: no por nada la banda ficticia en la que
Mylene toca y canta ha vendido tantos discos.

Pues resulta que
Mylene toca en
Fire Bomber, una banda de rock liderada por
Nekki Basara, un personaje de lo más curioso. Pacifista extremo, su idea de la vida es hacer lo que le gusta sin prestar atención al dinero, la fama y todo lo demás. Su principal objetivo es demostrar que su música puede cambiar el mundo, aunque esto implique arriesgar la vida. Completan la banda un misterioso militar retirado y una mujer zentraedi que apenas habla en uno o dos episodios y se la pasa practicando solos de batería sobre cualquier superficie rígida.
Obviamente también tiene que estar el trío romántico y los enemigos a muerte. El primero se establece, muuuuuuuuuy lentamente, entre
Mylene,
Basara y
Gamlin, un as de combate muy bueno en su profesión, pero totalmente nulo en todo lo que implique relaciones personales.
El segundo aparece con la irrupción de una misteriosa flota de seres humanoides que buscan robar una desconocida energía humana, la
spiritia, que necesitan para sobrevivir. Además de destruir lo que haya a su paso, estos alienígenas atacan regularmente a la flota para recolectar esta energía. Los que resultan privados de su
spiritia quedan en estado catatónico y por eso los militares de la
Macross Seven deben tratar de destruirlos a toda costa.
Fallos y aciertos
Como decía previamente, todo se desenrolla de manera muy lenta, a veces torpe e irregular. Los personajes no son explotados profundamente, de manera que no terminamos de saber porqué hacen lo que hacen, ni sabemos realmente lo que piensan y sienten. Esto sucede incluso los principales, como
Gamlin,
Mylene y otros, y nos deja la sensación de que son personajes planos, sin controversias o conflictos internos: sin la riqueza necesaria para hacer bien su trabajo.
No nos reímos, ni nos asombramos, ni nada de nada en extremo.
Macross 7 no tiene ningún punto fuerte o sobresaliente, salvo la monotonía, el cansancio y la repetición de esquemas. Ni siquiera es un buen anime de peleas espaciales: los combates son planos, sin ningún tipo de estrategias, suspenso o escenas arriesgadas en las que los personajes se juegan el todo por el todo. La acción es poco contundente y el suspenso es nulo. Si bien el diseño de los mechas es bueno, no sé si la animación le hace justicia: se repiten mucho las escenas de transformación y persecusiones, pero vemos siempre lo mismo.
En resumen, cuesta creer que sea un producto
Macross, algo que solamente identificamos por los personajes heredados de la serie anterior, y por los esquemas típicos, que esta vez están desaprovechados. Lamentablemente, a pocos episodios del final, resulta imposible escalar todos esos fallos. Me deja un mal sabor de boca, y definitivamente no será una serie que me
quede en la memoria.